sábado, 25 de septiembre de 2010

La comunicación a través de los servi


La comunicación a través de los servicios de chat se caracteriza por su dinamismo, lo cual al mismo tiempo supone una limitación intrínseca. Por ejemplo, por la construcción misma de los chats, la elaboración de oraciones complejas de varios renglones supone una desventaja, debido al desplazamiento continuo de las líneas de texto del chat. Por otro lado, los chats surgen como una alternativa de comunicación equivalente a una conversación informal y cotidiana. Es por ello que a menudo se sacrifican las normas gramaticales y ortográficas, en beneficio de una mayor rapidez y agilidad de la comunicación. Así, por ejemplo, el uso de tildes es frecuentemente inexistente. En realidad, aunque se trata de un método de comunicación escrito, equivale a una comunicación oral.[2] El acercamiento entre lenguaje escrito y hablado lleva a veces a un uso voluntario de la representación fonética de expresiones o dialectos, como la transliteración del andaluz al lenguaje escrito.
Asimismo, este tipo de lenguaje característico adolece de una gran falta de comunicación extra más allá de las propias palabras, como por ejemplo en una conversación cara a cara, en la cual no solo se cuentan las propias palabras, sino la entonación o el lenguaje corporal.[3] Esta carencia se suple con el uso de emoticonos, con las duplicación de letras o con el uso de letras mayúsculas para captar el interés de otros usuarios.
Aunque en ocasiones debido a la rapidez del medio pueden producirse errores tipográficos casuales (por ejemplo, las letras b y v son contiguas en los teclados QWERTY, los más extendidos), también cabe destacar el uso incorrecto adrede del lenguaje y la transgresión de las normas gramaticales a propósito como recurso humorístico o seña de identidad. Considerando el rango de edad de los usuarios donde el lenguaje chat está más extendido, precisamente la identificación del individuo cobra una mayor fuerza, al tratarse frecuentemente de adolescentes que desean distanciarse de sus iguales, bien como simple diferenciación o bien como simple demostración de rebeldía hacia el sistema.